¿Qué Forma Tiene y para qué sirve El Baphomet Templario?
- Descripción del Baphomet por Fulcanelli
Es la imagen sintética en la que los Iniciados del Templo habían agrupado todos los elementos de la alta ciencia y tradición de la Gran Obra.
Fulcanelli precisa: “Jamás fue un ídolo, como algunos lo han creído, sino tan solo un emblema completo de las tradiciones secretas de la orden Templaria, empleado, sobre todo exteriormente como paradigma, sello de caballería y signo de reconocimiento”.
Es trabajoso exponer el tema del Baphomet, porque es muy posible que en la imaginación de muchos lectores se alcen brumas que tejan y den forma a un descomunal macho cabrío, cada vez más negro, concreto, real y dominante; y quizá, se cuele en la mente la insinuante e insidiosa pregunta: “Y, después de todo ¿el poder económico del Temple fue apoyado, provocado e impulsado por mismísimo Satán?”. Reconozco que el verdadero y portentoso significado del Baphomet, se encuentra recargado, desnaturalizado, por una densa costra de polvo sensacionalista, y de sandeces solo creíbles por profanos supersticiosos, atemorizados y mal informados.A mi juicio, este mal entendido se debe a la acumulación de tres factores determinantes:
1. El desempeño de Guillermo de París, gran inquisidor de Francia.
2. Una equivocación grave de Eliphas Levi Zahed o Abate Alphonse Louis Constant.
3. Las canalladas de un brillante periodista psicópata y mitómano, Gabriel Jogan-Pagés, más conocido como Leo Taxil.
Acción de Guillermo de París.
Un aciago 13 de octubre de 1307 se detuvo en Francia a los Templarios. Lo hizo el aparato estatal, derivando la responsabilidad a Guillermo de París, gran inquisidor del Santo Oficio. Primero se fraguaron los cargos, luego se abrió la causa solo para justificarlos mediante la tortura. Guillermo sabía que el inquisidor que no descubre herejías es un mal investigador, y puesto que en esto estaba en juego su destino, tres días después de la detención masiva, ya tenía funcionando, bajo su mando y personal dirección, toda la parafernalia del Santo Oficio: las ordalías del agua y del fuego, la garrucha o polea, la rueda, la bota, el potro…alaridos, gritos, quejidos, espeso olor a carne quemada, huesos fracturados y articulaciones descalabradas una y otra vez.
Guillermo se encargó, personalmente, de “interrogar” a los principales detenidos. Desde el 19 al 26 de octubre de 1307, en siete días se ocupó de 37 prisioneros de categoría, y obtuvo las “confesiones” del Gran Maestre Jacques de Molay y del Preceptor de Normadía Godofredo de Charnay, entre otros.
Debemos reconocer, con recogimiento y admiración, que ninguno de los atormentados que conocían realmente la funcionalidad del Baphomet, quebrantó su juramento de silencio. De modo que lo poco que se supo al respecto, fueron noticias, arrancadas bajo tortura, a personal inferior o caballeros que nunca habían sido instruidos sobre el significado de ese símbolo, de modo que abundaron sobre él, descripciones tales como: “Era un gato negro que a las 12 de la noche aparecía en los capítulos templarios, para ser adorado por los asistentes”.
Fulcanelli comenta: “Así presentado el Baphomet, constituía una grosera forma de animal, imprecisa y de identificación problemática”. Continúa Fulcanelli: “Eso explicaría, sin duda, la diversidad de las descripciones que de él se han hecho, y en las cuales se ve al Baphomet como una cabeza de muerto aureolada, a veces, como una cabeza de Hapi egipcio, de buco y, mejor aún de ¡Satán en persona! Simples impresiones sobre él que se han confeccionado, muy distanciadas de la realidad. Y esas imágenes tan poco ortodoxas son las que, por desgracia, han contribuido a materializar sobre los sabios caballeros del templo, la acusación de satanismo y brujería, que se convirtió en uno de los motivos de su condena”.
La equivocación de Eliphas Levi Zahed o Alphonse Louis Constant.
No cabe duda de que Eliphas Levi fue un hombre bueno, íntegro y sincero en sus conclusiones. Su vida fue dura y acerba; pero también hay certeza de que tenía una “fe de carbonero” en todo lo que decía y se dejaba arrastrar por sus convicciones e imaginaciones, sin someterlas a un mayor juicio crítico propio, ni menos ajeno. Y seguramente ayudó a esto sus investigaciones personales sobre el Haschisch, como un medio de provocar visiones espirituales.

Eliphas Levi Zahed ideó una figura de macho cabrío, que denominó Baphomet, la cual describe en su obra “Dogma y Ritual de Alta Magia” cuyo dibujo, confeccionado por él lleva su firma de puño y letra. Dice respecto de ella:
“Este macho cabrío que está representado en el frontispicio de esta obra y aquí reproducimos, lleva en la frente el signo del pentagrama, con la punta hacia arriba, lo que basta para considerarlo como un símbolo de luz”.
“Hace con ambas manos el signo del ocultismo” y muestra en alto la luna de Chesed y en bajo, la luna negra de Géburah. Este signo expresa el perfecto acuerdo de la misericordia con la justicia”.
“Tiene un brazo masculino y el otro femenino, porque es andrógino”. “La antorcha de la inteligencia, que resplandece en sus cuernos, es la luz mágica del equilibrio universal. Es también la figura del alma elevada por encima de la materia”. “La repugnante cabeza del animal manifiesta el horror al pecado”. “El caduceo que tiene en lugar de órgano generador, representa la vida eterna.” “El vientre cubierto de escamas es el agua”. “El círculo que está encima es la atmósfera”. “Las plumas que vienen en seguida, son emblema de lo volátil”. “Luego, la humanidad está representada por los dos senos”. “Es un jeroglífico inocente y aun piadoso”.
En este acto, el diseño de ese macho cabrío, no hay nada reprochable, tan solo quizá, el que no haya sido más claro para indicar que se refería a la descripción de un hombre común, profano, imperfecto y perfeccionable. Ocurre lo mismo con el Arcano Mayor 15, el Diablo, del Tarot de Ryder, dibujado por Pamela Coleman Smith y dirigido por A. E. Waite, y con el pentagrama invertido que aparece en la ermita de San Bartolomé de Ucero en Soria, España.
Lo que sí resulta repudiable, y directamente se debe reprochar a Eliphas Levi Zahed, es el haber declarado, faltando a la verdad en forma consciente o inconsciente, descuidadamente o impulsado por el Haschisch, que los Templarios adoraban un Baphomet de cabeza barbuda, masculina y de cuerpo femenino. Tal estupidez infundada es indigna del abate Constant.
Las canalladas de Leo Taxil o Gabriel Jogand-Pagés, perpetradas en las postrimerías del siglo XIX.
Es este un ingenioso periodista, que ocupó su mente y su desinhibida pluma para engañar al papado, al clero y los feligreses, y toda clase de particulares con las mentiras y obscenidades publicadas en su folletinesca y exitosa obra: “Los Misterios de la Masonería”, y otras no menos falsas y escabrosas, donde se pinta con detalle la supuesta adoración del macho cabrío de Mendes por Templarios y Masones.
Hasta aquí la descripción de los tres factores responsables de grabar en el subconsciente de la humanidad, el hecho de que el factor demoníaco imperara en los Templarios y en los Francmasones, sus herederos.
Puntualizado lo anterior, retornemos ahora, al título de este contenido: “¿Qué forma tiene y para qué sirve el Baphomet Templario?”
Este es un tema netamente alquímico, por eso nos atendremos exclusivamente a la opinión del gran Fulcanelli.
La forma del Baphomet Templario.
Dice Fulcanelli: “Se componía de un triángulo isósceles con el vértice dirigido hacia abajo, jeroglífico del Agua”. “Un segundo triángulo semejante, invertido con relación al primero, pero más pequeño, se inscribía en el centro y parecía ocupar el espacio reservado a la nariz en el rostro humano. Simbolizaba la formación del Azufre”
“En la base invertida del gran triángulo de Agua se apoya un signo gráfico semejante a la H de los latinos o de los griegos, pero más ancha, y en la mitad de cuyo vástago central, se superpone un círculo. Este signo indica la promesa de arribar al estado de Rebis.”
“En el interior del gran triángulo, un poco por encima y a cada lado del triángulo de fuego, se veía a la izquierda el círculo lunar con el creciente inscrito, y a la derecha el círculo solar de centro aparente. Estos círculos se hallaban dispuestos a la manera de los ojos. Finalmente, soldados a la base del triángulo interno, la cruz remanando el globo completaba así el doble jeroglífico del Azufre, principio activo, asociado al mercurio, principio pasivo y disolvente de todos los metales.” “A menudo un segmento más o menos largo, situado en la cúspide (vértice invertido) del triángulo (grande), aparece cruzado de líneas de tendencia vertical en las que el profano no reconocía en absoluto la expresión de la radiación luminosa, sin una barbichuela.”
En forma directa y práctica diremos que el aspecto del Baphomet templario, era la de una cara alargada, en forma de triángulo con la punta hacia abajo. Tenía una nariz también en forma de triángulo, con su vértice hacia arriba. Apegados a cada lado de la nariz, dos ojos en forma de luna y de sol respectivamente.
La boca en forma de “H” está representada por los dos arcos cigomáticos o pliegues de la risa, y una boca de labios finos (sólo un trazo recto) delgada como la hoja de un cuchillo, con un círculo que corta el labio en su parte central.
Finalmente, una escuálida barba con pelos lacios y rectos (algo así como los tres pelos del diablo. Sobre su significado Fulcanelli explica que Baphomet deriva de la palabra latina “bapheus”, tintorero, y el verbo “meto”, cosechar, recolectar, segar.
Hace referencias a las Bodas Alquímicas entre la Luna y el Sol, y del Azufre con el Mercurio Interno Liberado. En síntesis, se refiere a inmersiones y tinturas, como la absorción de la irradiación del Rebis, por la materia no elaborada.
El Baphomet, pues, alude al Bautizo de Fuego o Rocío Cocido, que ha sido el tema de todos los capítulos precedentes. También este Bautizo de Fuego es el tema especial y único del “Libro del Bautismo de Fuego o de los Estatutos secretos redactados para los Hermanos (Templarios) por el Maestro Roncelinus”.
Somero Examen Alquímico de La Figura Del Baphomet
El contorno de la cara o triángulo isósceles, con el vértice invertido
1. La línea superior representa al Cielo u Oriente, desde donde son arrojadas, con ocasión de la Gran Caída, las dos mitades del Adán Primero o primer ensayo de Adán fracasado. Estas son dos mitades de Mercurio puro y sin experiencia, que son lanzados a los espacios oscuros y sin fondo, para que se embadurnen de Sol y Luna, que son los despojos de otros sistemas cósmicos ya pretéritos, a fin de que el ser humano trabaje de por vida en esos materiales, y superándose, se alce a otros estados de conciencia y retorne a su hogar original.
2. Las dos líneas verticales o catetos del triángulo isósceles grande, precisan el curso de la caída de la mitad masculina y la femenina, del Adán Primero.
El triángulo isósceles grande, con el vértice invertido, representa al Agua de Fuego. El hombre y la mujer recién caídos, después de la Gran Ignición, son más duros que el pedernal, y deben ser licuados mediante el trabajo alquímico.
Las facciones:
3. Los ojos en forma de sol y de luna, el Sol y la Luna son los componentes del Caos. Ambos se refieren exclusivamente a lo que llamamos materia, en el hombre y la mujer, pero se trata de una materia en su expresión más baja. El sector espiritual o Mercurio Interno del hombre o de la mujer, después de la Gran Caída, está aplastado envuelto en material mineral.
4. El pequeño triángulo, con el vértice hacia arriba representa a la nariz, y alquímicamente, es una ayuda memoria para recordar la formación del Azufre interno.
En su base está el material de Luna y de Sol, totalmente enredados y apelmazados. Con el trabajo alquímico esta Luna y este Sol se separan y cada cual empieza a subir por uno de los dos catetos del triángulo menor: mientras suben son completamente limpiados por el Alkahest. En el vértice se unen y dan origen al Azufre.
5. Finalmente la letra “H” mayúscula:
5.1 Sus dos líneas verticales representan a las dos columnas del Templo de Salomón B y J. En ellas se trabajan la materia y la parte mercurial del hombre y la mujer, respectivamente.
5.2 En la columna hueca de B, se depositan el Sol y la Luna, separados el uno del otro.
5.3 En la columna J se encierra al Mercurio Interno, enquistado en materia mineral.
5.4 Al ser trabajados la Luna y el Sol, dentro de la Columna B, se unen y forman el Azufre. Las superiores vibraciones del Azufre liberan, simpáticamente, al Mercurio Coagulado de la otra columna J. Azufre y Mercurio surgen desarrollados, completos, puros y en estado de fuego; por la parte superior de cada columna, forman un arco real, para unirse en el medio y formar el Rebis.
5.5 En el emblema del Baphomet, esta última etapa, referida en el párrafo anterior sólo está insinuada: el arco real aún a medio camino, y solo en la forma de una línea recta, con un pequeño círculo en lugar del Rebis. Así pues, el Baphomet era y es el recordatorio permanente, del secretísimo Solve et Coagula y de todo el quehacer alquímico.