Ireneo Filaleteo Capítulo 21 – V

Reflexiones Menores de la Entrada Abierta al Palacio Cerrado del Rey

Autor: Apiano León de Valiente

Capítulo 21 – Acápite V

De la Combustión de las Flores y de Cómo Evitarlas

Enunciado

Filaleteo sostiene que al principio de la verdadera obra aparece en el vaso y su contenido un color rojo insigne.

La presencia del color rojo brillante e insigne en el curso de la verdadera obra significa que en el contenido del vaso hay humores y líquidos en la proporción debida y muestra que el cielo y la tierra se han unido y han hecho nacer en el operante el fuego de la naturaleza o perenne contacto del Alkahest con el operante (El fuego de natura es la energía universal positiva que permanentemente emana y es accionada por el Alkahest y tiñe y da vida a todo lo que permanece vivo). Y por ello todo el interior del vaso se teñirá de un color áureo y este color no durará.

Seguidamente se plasmará en el vaso un color verde.

A continuación emerge tiñendo el lapis, piedra o cuerpo con un color negro y si eres paciente verás realizarse todos tus deseos.

Avanza lentamente y continúa sin embargo aplicando un fuego válido entre Escilas y Caribdis.

Y como un experimentado nauta dirige tu navío si deseas recoger la riqueza de una y otra indias.

Análisis

En este acápite Ireneo Filaleteo esboza la experiencia vivida por un adepto, el cual reflexiona sobre todas las tareas que ha llevado a cabo siguiendo el derrotero que tiene como meta comprender a cabalidad este arte ciencia, para llegar a percibir alguno de los puntos esenciales para lograr un avance efectivo, por los senderos, caminos y avenidas del Arte Real.

Ese alquimista concluye que para ser un exitoso forjador de sus metales debe entregarse de lleno:

  • Primero debe estudiar sus materias, con celo, vigilando que las fuentes de estudio no sean tergiversadas por el mismo.
  • Segundo, y además entregarse a sus prácticas y estudios con un fervoroso amor enardecido, que le mantenga siempre adherido a este saber, y finalmente adoptar la constancia necesaria que le permita realizar sus trabajos dedicando una parte de su jornada diaria.
  • Tercero, saber que el campo de sus prácticas y desvelos es su propio cuerpo, piedra o lapis, como decían los antiguos latinos.

Sus prácticas indagan la forma de superar la condición de su barro o Sol y Luna, que recibió a su espíritu o cuerpo hecho de Alkahest, que con la Gran Caída se sumergió y paralizó en esa envoltura pesada que le borró todo conocimiento de su dios externo y de su dios interno, y aprendió a arrebatar los fuegos celestiales que trabajó después y llegó a su más alta expresión, que según Filaleteo al grado de carbón para ser transformado en un hombre nuevo.

El artífice de este relato con profunda introspección recordaba el momento en que a raíz de sus desvelos y dedicación total se vio envuelto e interpenetrado por un color de rojo insigne relevante e intenso.

El color rojo insigne se produce al principio de la verdadera obra alquímica, este surge cuando el alquimista ha conquistado la coloración y consiguiente estado de conciencia de Rebis Rojo, Elixir Rojo o Elixir Vitalis para sí. El Elixir Rojo o Elixir Vitalis indica a su respecto que el color rojo insigne produce la verdadera obra, y que se ha alcanzado la perfección de la materia, es decir, se ha transformado en Elixir Rojo y se ha unido al Alkahest. Respecto a esto se refiere Filaleteo cuando dice que se ha unido el cielo con la tierra (Alkahest y Elixir Rojo) y el alquimista ha alcanzado a unirse perpetuamente con el Alkahest o fuego de natura.

A continuación de este color rojo se sucederá muy temporalmente un color áureo.

El estado de conciencia de este color áureo corresponde a una coloración temporal que tiene por objeto aumentar la fijación de la coloración roja en el vaso y su contenido.

El color áureo no durará, pronto será engendrado el color verde.

El esfuerzo y disciplina precedentemente diseñada hace que el alquimista tenga la sensación de un tinte verde. Esta percepción de estar sumergido en un color verde, se produce en el instante en que una parte considerable de la materia del laborante se licúa y volatiliza.

Todo ello ocurre en el arco Solve de la rota micro cósmica. Esta evaporización produce en el estudiante una sensación de liviandad y liberación por la presión ejercida por la materia aún no elaborada.

El que el adepto se sujete con entusiasmo y decisión a una disciplina imperturbable logra como recompensa que sus aguas podridas se volatilicen en gran medida. Lo señalado le permite experimentar una mayor libertad y liviandad en todas sus acciones: sentimientos que los alquimistas simbolizan sea que este color verde sea percibido o no, siempre se vive la experiencia de una mayor libertad, liviandad e ingravidez. Esta sensación de libertad y de facilidad para hacer las cosas se debe a que en el vaso y su contenido los humores líquidos o aguas podridas han sido reducidos al nivel que deben tener. Todo esto acontece en el arco Solve o ascente de la rota microcósmica.

El adepto se da cuenta que desde que aprendió a empaparse en el Rocío Cocido o Alkahest superior en potencia y pureza, su tierra no elaborada se revoluciona y encoleriza. El cataclismo que provoca levanta polvaredas de negrura porque ella, la tierra indómita e ignorante, se niega a permitir que se establezca en el alumno la sabiduría del Alkahest, y se opone a ella con todas las fuerzas de su ser, porque no quiere perder el tiránico imperio que ejerce sobre su malsano y abajado reino.

Esta negrura surge cuatro veces en el derrotero de la alquimia humana, denominados “nigredo”, verdaderamente insufribles por el neófito, el alquimista y el adepto.

En el fondo todo nigredo es a la vez un tormento y una recompensa, por cuanto la dolorosa operación debe ser resistida para provocar la desintegración más completa de las rocas y basalto que se incrustan en el vaso, lo que permite vivir una vida con mayor sentido y enaltecedora acción.

Si absorbes con paciencia y sobretodo sumergido en un estado alfa las fuertes contrariedades, los desencantos y desengaños que te aporta el nigredo, verás realizarse todos tus deseos.

Avanza sin violentar el camino de la alquimia y continúa aplicando un fuego válido entre Escilas y Caribdis.

¿Qué es Escilas?

Se representa por un pétreo y dilatado roquerío que se oculta sumergido a ras de las ondas.

Este símbolo alude al poder endurecido y metálico de tu materia. Son tus tendencias y arraigos tenebrosos. Quién se estrella en Escilas es aquel que se encalla y se sumerge en la pestilencia de su propia oscuridad endurecida, rocosa y artificial, situación que paraliza el curso de su gran Obra. Escilas es el dominio avasallador de tu Perro de Jorazán, perro negro o coraceno, que te impide que te conectes ordenadamente a la radiación del Alkahest.

Escilas está compuesto por todos los mecanismos artificiosos y corrosivos de tus placas metálicas, que desalientan en ti todo intento de liberación, obstruyendo el paso de toda luz superior, hacia tus oscuros entresijos, lo que quebranta el casco de tu nave, la cual sin embargo tiene todo lo necesario para no zozobrar.

La constante agitación emocional que produce Escilas, endurece a tu materia y la hace impenetrable a la luz. Perecen con Escilas todos aquellos que teniendo el conocimiento al alcance de su mano y la forma de entenderlo niegan la existencia del Alkahest o esencia de Dios Manifestado y se extravían en meros conocimientos intelectuales gratos a los sentidos externos no desarrollados.

¿Qué es Caribdis?

Corresponde al estado permanentemente alterado de tus propios sentidos externos, aún inmaduros, desprovistos de lucidez y presos de lo caótico.

El desconcierto y el desorden que producen las arremolinadas turbulencias, denominadas Caribdis, son las que en definitiva se tragan al navío o al nauta crónicamente desprevenido.

Sufrir el estado de Caribdis es persistir inmaduramente en apropiarse del timón que delinea el curso del Arte Real, para entregar su comando a los cinco sentidos externos no desarrollados que están en constante desacuerdo los unos con los otros, pues carecen de una debida conexión con el Alkahest.

Si evitas las aguas turbulentas tanto como el roquerío metálico se establecerá en ti el natural contacto de lo mercurial con lo terrenal.